* Según hallazgos, los anticuerpos de la primer vacuna contra covid ‘absorben’ rápidamente la dosis de refuerzo, antes de que tenga la oportunidad de estimular las células del sistema inmunitario
La primera vacuna contra la covid-19 induce potentes anticuerpos que protegen contra el SARS-CoV-2. Sin embargo, un estudio de Northwestern Medicine (Estados Unidos) ha mostrado que los anticuerpos generados por esa vacunación o infección previa pueden ‘perjudicar’ a las vacunas de refuerzo.
Esto se debe a que estos anticuerpos ‘absorben’ rápidamente la dosis de refuerzo, antes de que tenga la oportunidad de estimular las células del sistema inmunitario, según sus hallazgos, publicados en la revista científica ‘Cell Reports’.
“Esos mismos anticuerpos que protegen contra el virus también eliminan la vacuna muy rápidamente. Piensan que la vacuna es el virus”, ha explicado Pablo Peñaloza-MacMaster, autor principal del estudio, que se ha realizado tanto en humanos como ratones.
El investigador aclara, en cualquier caso, que tener anticuerpos y recibir una dosis refuerzo “es algo bueno, por lo que cualquiera que deba recibir su vacuna de refuerzo debería hacerlo”. “No queremos que la gente piense lo contrario. El estudio sólo señala posibles estrategias mediante las cuales las vacunas de nueva generación podrían ajustarse para mejorar su eficacia, por ejemplo, desarrollando vacunas que eviten los anticuerpos preexistentes”, puntualiza Peñaloza-MacMaster.
En una cohorte de 85 personas que habían sido vacunadas con las vacunas Moderna o Pfizer-BioNTech, los científicos descubrieron que unos niveles de anticuerpos más bajos antes de una dosis de refuerzo se asociaban a un aumento de los niveles de anticuerpos más elevado después del refuerzo.
“Esto sugiere que los anticuerpos preexistentes inducidos por vacunaciones anteriores pueden afectar negativamente al nivel de respuestas inducidas por las vacunas de refuerzo de ARNm”, ha resaltado el investigador.
Estudios posteriores en ratones demostraron que los anticuerpos generados por vacunaciones anteriores aceleraban la eliminación de la vacuna del organismo, limitando la cantidad de vacuna disponible para desencadenar nuevas respuestas inmunitarias tras la vacuna de refuerzo.
“En otras palabras, las respuestas de anticuerpos generadas tras vacunaciones anteriores eliminan rápidamente la vacuna durante una vacuna de refuerzo posterior, limitando la respuesta inmunitaria que puede generar la vacuna de refuerzo”, ha detallado Peñaloza-MacMaster.
Esto no se debe simplemente a la competencia entre anticuerpos y células B por el antígeno de la vacuna, sino que parece ser el resultado de los llamados ‘mecanismos efectores de anticuerpos’ que eliminan sustancias extrañas del organismo.
En experimentos con ratones, los científicos descubrieron que las vacunas adaptadas a ómicron son superiores a las vacunas originales a la hora de eliminar la infección por esta variante si el sistema inmunitario del animal no se ha enfrentado nunca al SARS-CoV-2 original a través de la vacunación. Pero la superioridad de la vacuna adaptada a ómicron es más limitada si el animal ya ha recibido la vacuna original.
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POR QUÉ ES IMPORTANTE AUMENTAR EL TIEMPO ENTRE VACUNACIONES
Según Penaloza-MacMaster, estos nuevos resultados también sugieren por qué aumentar el tiempo entre vacunaciones es beneficioso para la respuesta inmunitaria.
En estudios anteriores, estos investigadores ya demostraron que cuanto mayor es el intervalo entre vacunaciones, mejor es la respuesta. “Es mejor esperar seis meses que dos semanas antes de reforzar, pero las razones no estaban claras. Hemos pensado que podría deberse simplemente a la maduración de la respuesta inmunitaria en función del tiempo. Pero otra razón es que la disminución de los anticuerpos permitiría que la dosis de refuerzo persistiera en el organismo durante más tiempo. Si la inyección de refuerzo en el músculo perdura durante más tiempo, es probable que se desarrollen respuestas inmunitarias robustas”, ha apuntado el científico.
Dado que los experimentos de este trabajo muestran que los niveles elevados de anticuerpos inducidos por vacunas o infecciones previas pueden ser perjudiciales para los refuerzos vacunales, los científicos planean nuevos experimentos para administrar fármacos que bloqueen transitoriamente la actividad de los anticuerpos. Planean administrar estos fármacos en el momento del refuerzo para que las células inmunitarias perciban mejor la vacuna.
“Aunque las respuestas de los anticuerpos son un componente esencial del sistema inmunitario, nuestros datos sugieren que un bloqueo muy transitorio de estas respuestas durante la vacunación (sólo durante unas horas) podría tener un profundo efecto beneficioso en las vacunas de ARNm”, ha remachado Peñaloza-MacMaster.