Camaleón
Alfredo Bielma Villanueva
Sheinbaum y el gran reto
La encrucijada histórica ha permitido que en México ya tengamos a una mujer en la presidencia de la república, aunque sería erróneo argumentar que es producto único de la lucha histórica de las féminas por recibir trato igualitario en la urdimbre cultural de nuestro país, porque Claudia Sheinbaum accedió al cargo gracias a la voluntad personal del anterior presidente de México, las razones para escogerla como candidata de MORENA cada quien puede esgrimirlas según su visión, aunque sin duda alguna Claudia Sheinbaum tiene méritos suficientes para el ejercicio de la ingente tarea de su actual encargo. En todo caso ignoramos cómo vaya a ser su desempeño porque las circunstancias de su entorno no favorecen un esquema de buenos augurios. De inicio, en el amanecer del actual gobierno el horizonte luce complicado, así se ha observado durante el decurso de sus primeros 53 días de gestión presidencial, no podría ser de otra manera a causa de la pesada herencia legada por su antecesor:: penurias financieras que impiden un buen arranque, la inercia vandálica contra el Poder Judicial, la catastrófica demolición de los órganos autónomos, aunada a un cerco de colaboradores más atentos al llamado de López Obrador que a las prioridades de la presidenta. De entrada, esa condición entorpece la autoridad inherente al Poder Ejecutivo federal porque le dificulta atender con presteza problemas derivados de una geopolítica cada vez más complicada. Es decir, aparte de los graves problemas internos, principalmente los relativos a la violencia imperante en gran parte del territorio nacional, y adicionalmente, pero no menos importantes, los internacionales que involucran a Canadá, los Estados Unidos y China, en ese contexto para nada alivia el discurso oficial sobre estar preparados con un Plan para la respuesta.